lunes, 3 de octubre de 2011

Cultura vs. lujuria

Antaño los jóvenes deseaban culturizarse y salir de la rutina diaria consistente en el trabajo continuo para tener un plato caliente en la mesa, actualmente todo va al revés. Como en la mayoría de los aspectos de la vida, los mancebos van contra el mundo tal y como se conocía hasta hace relativamente poco. Las tradiciones han sido violadas por unas damiselas y unos imberbes capaces de todo por desmadrase y dejarse llevar por los placeres carnales y mundanos.
Hoy en día, al realizar un viaje de fin de curso, teóricamente cultural, los adolescentes son prontos en elegir destinos tales como Ibiza, Benidorm o cualquier sitio propenso a las fiestas nocturnas. No obstante, los destinos propios de una salida de ese calibre habrían de ser lugares con tradición y cosas que enseñarnos, como Roma, la ciudad eterna, y sus construcciones romanas, Noruega y sus fiordos, Finlandia y sus bellísimas auroras, Barcelona y sus edificios modernistas,etc.
Los pandemonios son los lugares predilectos de los adolescentes, los adolescentes causantes de el fracaso escolar (no en su totalidad) y los adolescentes ruidosos y molestos que prefieren cogerse una buena intoxicación etílica antes que leer un buen libro que claramente es mucho más apetecible como entretenimiento. No digo que una escapada a la concupiscencia de vez en cuando no sea deseable para huir de la monotonía habitual, empero un exceso puede ser garrafal para el sujeto en cuestión.
En conclusión, las elecciones inapropiadas en una juventud alocada pueden marcar un futuro propenso al libertinaje. Los adolescentes deben asentar la cabeza y pensar más acorde a su edad.

1 comentario:

  1. Javi, veo que te reafirmas en el vocabulario culto y que no es un recurso de un día. Perfecto. En cuanto a las ideas que expones debo de reconocer que me recuerda los destinos de fin de curso de 2º Bach del año pasado: la mitad se fue a Mallorca y la otra, a Berlín.

    Ya hablaremos de Auel, la he visto y he tenido sus libros en la mano, pero aún no me he animado a leerlos. Espero que me convenzas.

    Salud@s

    A. Carrillo

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