sábado, 22 de octubre de 2011

Futuro trágico pero evitable

El plateneta es un lugar maravilloso e ignoto. Hay lugares que amilanan al más bravo y sitios que almohazan hasta las flores más hermosas. No obstante, hay gente que es aciaga en él. ¿Por qué sucede esto? me suelo preguntar. No di con la solución hasta hace bien poco. No ven el mundo que les rodea, la beldad de las cosas son soslayadas a sus ojos. Siempre soliviantados y con prisas, los seres humanos obvian que su alrededor es infinitamente mejor que sus batallas en el trabajo (o en tratar de tenerlo) y en la familia.
Tenemos un pacto de sangre para con el planeta Tierra, cómo vamos a cumplirlo si no nos damos cuenta de que existe. En el futuro el ser humano contrito, mirará sus obras del pasado. Quedarán en lontananza lagos inmensos como el corazón de más honrado, los glaciares y polos fríos y poderosos como la mirada del más orgulloso y los bosques preciosos como ningunos y pulmones de la madre Tierra como el alma del más generoso. Estamos destruyendo a nuestro planeta sin percatarnos siquiera y, mientras tanto, nos destruimos a nosotros mismos. Por eso sentimos un desazón tan grande y profundo. Tengamos un detalle con el planeta, hogar nuestro, de nuestros amigos y de nuestra familia. No hacen falta paroxismos, con un granito de arena cada uno el mundo será mucho más acogedor y feliz. Así la Tierra podrá seguir pertrecha para ocuparse de nuestras necesidades como gratitud a nuestro gesto.
"Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero." Sabiduría indoamericana

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